Durante el embarazo: Equilibra y mejora el tono muscular, evitando flacidez. Refuerza las articulaciones ante la hiperlaxitud propia del embarazo. Alinea correctamente el cuerpo, al fortalecer las musculaturas de la espalda, compensa el peso de la curvatura delantera y evita dolores de espalda.
Mejora el movimiento en general. Disminuye las molestias digestivas y el estreñimiento. Reduce la ansiedad, depresión e insomnio. Evita aumento excesivo de peso. Mejora la tensión arterial y protege frente a la diabetes gestacional.
Enseña los principios de la respiración diafragmática y su trabajo. Fortalece el periné y el suelo pélvico.
Recuperación posterior: Al haber fortalecido la zona abdominal, los músculos del suelo pélvico y el periné, se acelera la recuperación.